sábado, 16 de enero de 2010

LA VISION DE LA CREACIÓN DEL HOMBRE DESDE LA BIBLIA CRISTIANA, EL POPOL VUH MAYA Y LA MITOLOGÍA GRIEGA

UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN
ESCUELA DE HISTORIA



LA VISION DE LA CREACIÓN DEL HOMBRE DESDE LA BIBLIA CRISTIANA, EL POPOL VUH MAYA Y LA MITOLOGÍA GRIEGA

WILMER A. MEDINA V.
CARACAS, 15 DE ENERO DEL 2010


1. LA CREACIÓN DEL HOMBRE

El Hombre a través del tiempo siempre ha tenido la inquietud de saber: ¿Cuál es su origen?, ¿Quién y cómo lo creo?; A causa de que estas interrogantes son un asunto natural para la investigación y especulación, aquellos que han tratado de contestar la pregunta han hecho numerosas tentativas para explicar el origen del hombre. Esto demuestra que el hombre no tiene información cierta acerca de su origen a no ser que él mismo cree algún mito o se aferre a un sistema de creencias. Así se constata, que el hombre está en la eterna búsqueda de su razón de ser, y esto solamente en el plano religioso, ya que, como bien es sabido, está las teorías cientificistas de la Evolución. Esta teoría indica que de alguna manera llegó a la existencia siendo una célula viviente y de ésta el hombre evolucionó por un proceso de selección natural. La Evolución intenta explicar todas las complicadas formas de vida en este mundo por este proceso natural. De acuerdo a ésta teoría, todas las plantas, animales y el hombre fueron formados por un proceso de pequeños cambios llevados a cabo por mutaciones, las cuales se creen que explican todas las especies. En definitiva, la teoría de la Evolución siempre va estar, o siempre va a ser la contraparte de cualquier sistema de creencias de cualquier religión, con respecto a la creación y origen del hombre.
La creación del hombre según la Biblia es la “teoría religiosa”, por llamarle de alguna manera, mas conocida y difundida en el mundo, y más aún en este tipo de temáticas; de las culturas amerindias, la Maya y el Popol Vuh son de las más estudiadas y tienen una manera muy peculiar de abordar la creación del ser humano; en la Antigüedad, una de las grandes civilizaciones, Grecia, es expresión plena del politeísmo y abordando su sistema mitológico, en el cual se centró su religión, encontraremos como explican el origen de la humanidad. Es por estas razones que se eligieron estas tres culturas, para abordar la cuestión propuesta, y a continuación se presenta una síntesis de cada una de las religiones y sus teorías acerca de la temática planteada.
1.1 La Creación del Hombre según la Biblia y su interpretación en el Cristianismo.
En la Biblia, específicamente en el libro del Génesis aparecen dos relatos acerca de la creación del hombre: en el primer relato se dice que Dios crea al hombre de último, como coronación de todo lo creado y ser a quién se ordenan todas las demás criaturas; en el segundo relato el hombre es creado primero, como el ser más insigne a quién se ordenan todas las cosas que vienen después de él. Esto da a entender dos cosas muy sencillas: desde el punto de vista del desarrollo de la creación, el hombre es el último; pero desde el punto de vista del hombre, el hombre es el primero. Realmente esto no es relevante, ya que ambos relatos coinciden en la supremacía del hombre sobre todas las cosas y no es necesario enfrascarse o detenerse en este punto ya que en esencia ambas indican lo mismo, su diferencia radica en que el momento de la creación si fue durante la creación del mundo o luego de esto.
Ahora bien, se debe revisar lo que dice el primer relato del Génesis de la Biblia (tr.1988):
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra (Cap. 1:26)
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó (Cap. 1:27)
Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla. (Cap. 1:28)
Durante este extracto del Génesis se hace referencia en varias ocasiones a la palabra “crear”, da la sensación de demostrar el inmenso poder de Yahvé, el Dios cristiano. Además, intenta demostrar al hombre como “la síntesis del mundo inanimado y del mundo viviente” (Vergés, 1975, p. 33). Pero lo más destacable, de lo citado en principio, es la diferencia entre la creación múltiple e indiferenciada de los seres vivos, según su especie y la del hombre como algo singular y nuevo: a imagen de Dios. Da la impresión que Dios estaba preparando su obra máxima, la creación del hombre su imagen, y esto lo podemos evidenciar siguiendo la línea del relato, debido a que, si se lee la creación del Universo se nota un tono bastante moderado, pero al llegar el turno del hombre la línea narrativa sufre un cambio de tono, como si se tratara de algo de mayor relevancia, esto tal vez que es con este último ser con él que Dios entablará una relación personal.
Hay algo llamativo dentro de los extractos consultados, y es el atrevimiento del hombre a compararse con la Dividinidad, al decir que está creado a imagen y semejanza de Dios. A través de la historia de cualquier religión se puede constatar que el hombre siempre ha estado en la búsqueda de su exaltación, y esto intenta lograrlo mediante la degradación de la divinidad y la exaltación de su propia figura, y esto conlleva forzosamente a la divinización del hombre. Todo esto responde a la aspiración innata del ser humano de auto-trascender, según la dimensión de su espíritu, que si bien esta cargado de un idealismo de superación del hombre, esto también lo lleva a una especie de pérdida de la autenticidad humana, en su búsqueda por parecerse a Dios, en el anhelo de ser como dioses, aunque este es una temática que recoge la Biblia en libros posteriores. Con todo lo mencionado, el Génesis se vuelve muy peculiar en cuanto a la creación del hombre, pero siguen apareciendo elementos muy particulares como lo es el hecho de que el hombre no se deifica a sí mismo sino que dentro del relato lo hace Dios al crearlo como su semejante, aquí se evidencia un componente que difícilmente se encontrará en otra religión y es el hecho de no se está en presencia del ascenso arrogante del hombre a Dios, sino más bien ante la dignidad benevolente del descenso de Dios al hombre.
El segundo relato Cristiano acerca de la creación del hombre según el Génesis de la Biblia es:
Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. (Cap. 2:7)
Para este relato evidenciamos un cambio en cuanto al anterior, no sólo en lo que expresa el texto, sino en su significado, ya que si en el anterior era la búsqueda de la deificación del ser humano, en este se evidencia al hombre que “se siente tributario de Dios, tanto lo que respecta a su cuerpo, como a su espíritu” (Vergés, p. 25). Esos elementos no se dividen, sino que conforman una unidad de cuerpo y alma, aún siendo estos esencialmente distintos. Esto es lo que se puede percibir al tomar en cuenta lo que reza que el hombre fue creado del polvo de tierra y el aliento de vida de Dios.
Dios, Jehová o Yahvé, que son los nombres con los que se conoce al creador y única deidad del Cristianismo, está siempre presente en su proceso evolutivo, es decir, no se limita a ser mero espectador, sino que es el actor principal de la creación, no se aleja del desarrollo del ser humano y él mismo lo incita al objetivo de la auto-superación, resumidamente, Dios forma parte de la creación evolutiva y mediante su acción divina la incita para que se haga cada vez más capaz de poner todas las condiciones necesarias para que tenga lugar la vida humana; el antropomorfismo de la narración evoca tal realidad. El polvo de tierra para conseguir la forma del hombre parece denotar el condicionamiento necesario para que pueda tener lugar la existencia humana. No cabe duda que esta manera de proceder de Dios en la creación revela su amor de predilección hacia el hombre, pareciera que convoca a todo el universo para que vea su obra cumbre. Es por esto que el hombre no es independiente de Dios y su existencia está puesta en las manos de este último.
Con respecto a lo del aliento de vida soplado en la nariz del hombre por el propio Dios, va en correspondencia con las manifestaciones de vida del ser humano: al nacer lo primero que hace es la inspiración de aire y la muerte es la desaparición del último aliento. En este caso se asociaría el término “aliento” como sinónimo de vida. Todo esto tiene que ver con el misticismo que envuelve al viento y asociado a su vez con la figura de la Divinidad, envolviendo así el significado del soplo o aliento de vida. El soplo de vida tiene su fuente en Dios, según la Biblia, y es él el que insufla en las narices del hombre, con esto se sigue el fenómeno universalmente comprobado de que la nariz es un órgano exclusivamente respiratorio, difiriendo así de la boca que tiene además otras funciones relativas a las vías digestivas.
Con todo lo antes expuesto sólo se puede concluir, que la formación del hombre como unidad total de cuerpo y espíritu proviene sólo de Dios y que este no lo abandona sino que lo sitúa en un lugar privilegiado al colocarlo en el Edén pero esto ya formaría parte de otro tema.
1.2 La Creación del Hombre según el Popol Vuh de la Cultura Maya.
La creación del hombre según el Popol Vuh (el libro sagrado que tenían los mayas) está compuesta por varios “intentos” por parte de los Dioses hasta que por pudieron formar al hombre como lo conocemos. Pero es aquí cuando se crea la incógnita: ¿Qué llevó a los Dioses mayas a insistir en la creación del hombre?, pues sencillamente un ser que pudiera rendirles culto (Popol Vuh, 1989):
Y estando terminada la creación de todos los cuadrúpedos y las aves, les fue dicho a los cuadrúpedos y pájaros por el Creador y el Formador y los Progenitores:
-- Hablad, gritad, gorjead, llamad, hablad cada uno según vuestra especie, según la variedad de cada uno --. Así les fue dicho a los venados, los pájaros, leones, tigres y serpientes.
-- Decid, pues, vuestros nombres, alabadnos a nosotros, vuestra madre, vuestro padre. ¡Invocad, pues, a Huracán, Chipi-Calculhá, Raxa-Calculhá, el Corazón del Cielo, el Corazón de la Tierra, el Creador, el Formador, los Progenitores; hablad, invocadnos, adoradnos! -- les dijeron.
Pero no se pudo conseguir que hablaran como los hombres; sólo chillaban, cacareaban y gramaban; no se manifestó la forma de su lenguaje, y cada uno gritaba de manera diferente. (pp. 9-10).
En el extracto se evidencia lo que motivo a los Dioses creadores mayas a erigir la figura del hombre, la falta de un ser con la suficiente capacidad para poder adorarles y alabarlos. En este mito se aprecia como el hombre se sigue estableciendo como un ente superior a los demás seres vivientes, al punto tal que tiene la capacidad necesaria para complacer las necesidades de sus creadores. Tomando en cuanto a estos creadores, hay que destacar que los mayas, a pesar que les proporcionaban atributos propios del ser humano, no los veían como tal, los seres divinos a los que hacen referencia son las grandes fuerzas naturales como los astros, el agua, la tierra, el fuego, viento, entre otros, y los períodos de tiempo, los cuales recorren el espacio en un “movimiento cíclico ordenado, trayendo sobre el mundo y los hombres cargas de influencias benéficas y maléficas” (León Portilla, De la Garza y Recinos, 1992). Sin embargo, el punto real de este extracto es que es la expresión del hombre primitivo, aquel que no tenía verbo, que no podía comunicarse y que viví en las cavernas, ese es el simbolismo cuando los Dioses mayas piden hablar a los animales y estos no lo logran.
En cuanto a la creación del hombre el Popol Vuh expresa lo siguiente:
Entonces fue la creación y la formación. De tierra, de lodo hicieron la carne [del hombre]. Pero vieron que no estaba bien, porque se deshacía, estaba blando, no tenía movimiento, no tenía fuerza, se caía, estaba aguado, no movía la cabeza, la cara se le iba para un lado, tenía velada la vista, no podía ver hacia atrás. Al principio hablaba, pero no tenía entendimiento. Rápidamente se humedeció dentro del agua y no se pudo sostener. (p. 10)
Esta parte de la mitología maya, más que adentrarnos a sus creencias mitológicas es, más bien, una mención vaga de que dentro de la cultura maya había un proceso económico avanzado, debido a que utilizaban la tierra no sólo para el cultivo sino también para los usos de alfarería y el arte rudimentario.
Y al instante fueron hechos los muñecos labrados en madera. Se parecían al hombre, hablaban como el hombre y poblaron la superficie de la tierra.
Existieron y se multiplicaron; tuvieron hijas, tuvieron hijos los muñecos de palo; pero no tenían alma, ni entendimiento, no se acordaban de su Creador, de su Formador; caminaban sin rumbo y andaban a gatas. (p. 11)
En seguida fueron aniquilados, destruidos y deshechos los muñecos de palo, recibieron la muerte.
Una inundación fue producida por el Corazón del Cielo; un gran diluvio se formó, que cayó sobre las cabezas de los muñecos de palo. (p. 11)
Estos muñecos de madera a los que hacen referencia en el Popol Vuh crean una aureola de misticismo, o más bien sabiduría dentro de la cultura maya, ya que pudiera estar haciendo referencia al mito de la Atlántida y esto por ende da la impresión de que estos indígenas amerindios conocían a fondo la historia del Mundo, las razas que existieron con anterioridad y su posterior destrucción. En este caso los hombres de madera serían la raza Atlante que al tener un distanciamiento con la divinidad le ocurrió su desastre, los azotó un diluvio que acabó con toda la civilización, esto demuestra el apego y la total conexión que debe tener el ser humano con las deidades, para que estas lo protegen y lo guíen por el camino del bien.
Lo demás no vale la pena colocarlo ya que sería redundar en cita pero si se puede realizar un resumen rápido de ello: se hizo el hombre, y la mujer de españada, pero estos no pensaban ni hablaban. Fueron aniquilados con resina y fueron desfigurados por las piedras de moler. Esto fue en castigo por no haber pensado ni en su madre, ni en su padre. Este es el origen de los monos actuales, es decir en una época fueron hombres pero su falta de raciocinio los llevó a ser seres inferiores a este, persiste en este caso que el alejamiento y olvido de la divinidad es castigado por estas. Y para la creación del hombre tal y cual como ha perdurado hasta hoy día, los Dioses usaron comida, ésta se convirtió en sangre, y así entró el maíz por obra de los progenitores. Estos dos últimos relatos que cierran el ciclo creacionista del hombre no hacen más que confirmar que lo que se quiere mostrar dentro del Popol Vuh, sencillamente es la evolución del ser humano a través del tiempo, dejando de lado por supuesto al hombre mono que viene a ser el origen de los primates, una ramificación más, siendo una especie, en este caso, de teoría de la evolución pero al contrario. En lo que respecta al hombre creado con comida y en el que prevalece el maíz, bueno estamos en presencia del hombre más civilizado el que logró conseguir el sustento necesario diario y logró las condiciones mínimas para poder sedentarizarse. Pero en resumidas cuentas, el texto sagrado maya lo que hace es mostrar la evolución del hombre en el tiempo, como se pasó de aquel primitivo que no articulaba ninguna palabra hasta el hombre sedentario que conoció la cultura durante su permanencia en tierras de la futura América. Esto magnifica indudablemente el legado maya, si se les considera un pueblo bastante avanzado que logró, si bien a través del mito, montar un sistema evolutivo del hombre.
1.3 La Creación del Hombre dentro de la Mitología Griega.
El mito creacionista del hombre de la religión de la Antigua Grecia difiere en muchos sentidos a la de otras culturas, la más resaltante de esas diferencias es que no es el Dios principal el encargado de la creación del hombre sino que es encargada a una divinidad de poco rango, el titán Prometeo que con la ayuda de su hermano Epimeteo es encargado por Zeus (el principal Dios de la mitología) para la creación de la humanidad. A pesar de que la orden es dada por Zeus, llama mucho la atención que no sea él quien cree a el hombre, y más aún que sea una de las divinidades menores del panteón griego, ya que si bien en principio los titanes dominaron al mundo, luego pasaron a ser una especie de deidades menores, al menos aquellos que no fueron encerrados en el Tártaro por el Rey de los Dioses.
A continuación una breve exposición del mito de Prometeo, según el Protágoras de Platón (2008): En ese mundo de sólo divinidades inmortales, los dioses desearon crear seres para poblar la tierra. Una vez decidida tal idea, Zeus encargó a los hijos del titán Jápeto, que dotaran de gracias y fuerzas a las criaturas terrenales. Fue Epimeteo, quien rogó a su hermano Prometeo, que le permitiera repartir los dones entre los seres terrenales. Epimeteo dio a cada animal un don, la belleza a uno, a otro la potencia, a otro la velocidad, a otro la corpulencia, a otro la sagacidad, etc., según su criterio de conveniencia. Careciendo de la sabiduría de su hermano Prometeo dio todos los dones a los animales dejando al hombre para lo último, quedando de esta forma el ser humano desnudo, indefenso y desarmado. Fue entonces cuando Prometeo, el amigo del hombre, viendo la injusticia que se había cometido, tratando de corregir el error y robándole la sabiduría a la diosa Atenea, concedió al hombre la lógica. Prometeo tomó al género humano bajo su protección y robó el fuego a Hefestos regalándoselo al hombre para que se calentara y pudiera vivir mejor, y le enseñó todo lo que sabía, debido a esto, el hombre adquiere los recursos necesarios para la vida, pero sobre Prometeo, por culpa de Epimeteo, recayó luego, según se cuenta, el castigo del robo. El hombre, una vez que participó de una porción divina, fue el único de los animales que, a causa de este parentesco divino, primeramente reconoció a los dioses y comenzó a erigir altares e imágenes a los dioses. Los hombres carecían del don para organizarse y para sobrevivir necesitaban cazar en grupos, por lo cual Zeus temiendo a la desaparición de la raza envió a Hermes para que repartiera las demás artes y las distribuyó así: Con un solo hombre que posea el arte de la medicina, basta para tratar a muchos, legos en la materia; y lo mismo ocurre con los demás profesionales. ¿Reparto así la justicia y el poder entre los hombres, o bien las distribuyo entre todos?."Entre todos, respondió Zeus; y que todos participen de ellas; porque si participan de ellas solo unos pocos, como ocurre con las demás artes, jamás habrá ciudades. Además, establecerás en mi nombre esta ley: Que todo aquel que sea incapaz de participar del pudor y de la justicia sea eliminado, como una peste, de la ciudad''.
El mito atribuye al fuego el origen de la técnica en poder del hombre y cómo gracias a ésta y al pudor y la justicia, necesarias para regir ordenada y justamente las ciudades, sobrevivió la especie humana. A través de la caza el hombre pudo progresar técnica y racionalmente pues la necesidad de conseguir alimento aumentó el desarrollo del cerebro y su actividad, trayendo consigo el dominio de las técnicas del fuego, la fabricación de utensilios con el fin de facilitar el trabajo y el conocimiento de las costumbres de otras especies para llevar a cabo con éxito su actividad cazadora. Lo cual es un ejercicio de la inteligencia práctica y teórica que se manifiesta como los albores de nuestra conducta técnico-racional. En conclusión, se puede decir que la mitología griega nos impulsa más hacia un estudio científico de las características y evoluciones internas e intelectuales del hombre.

2. BREVE COMPARACIÓN DE LAS CREENCIAS CRISTIANAS, MAYAS Y GRIEGAS ACERCA DE LA CREACIÓN DEL HOMBRE.

Luego de estudiar las religiones Cristiana, Maya y Griega por separado en su visión acerca de la creencia del hombre, se puede decir que existen semejanzas pero abundan las diferencias. Un elemento de encuentro entre las tres es la tierra, ya que ésta estuvo presentes en cada una de las religiones y su explicación en cuanto al origen del hombre, claro está con funciones y resultados diferentes: en la Biblia, se toma el polvo de tierra para crear al ser humano más el aliento de vida de Dios; en el Popol Vuh, los primeros hombres creados son los de barro, lo que nos deja constancia del manejo del mismo por parte de la cultura; y en la mitología griega la tierra es material principal y primordial en la constitución de cualquier ser vivo.
Otro aspecto en donde se puede hallar semejanzas en estas tres religiones es el que tiene que ver con la guía de la entidad superior, ya que sin ésta el hombre se vería irremediablemente perdido: en el Cristianismo, Jehová participa no sólo activamente en la creación del ser humano sino en su desarrollo y su desenvolvimiento y dándole vida en cada uno de sus pasos; para los Mayas, el olvidarse de sus Dios significa la pérdida de la civilización o en el mejor de los casos recibirán un castigo severo y eterno, sino hay que revisar que les pasó a los hombres de madera y a los hombres que posteriormente serían monos para constatar esta aseveración; y los Griegos muestran que, gracias en principio a Prometeo y posteriormente a Zeus, el hombre pudo sobrevivir con los dones que estos le proporcionaron.
En lo que respecta a las diferencias entre estas las tres culturas en cuestión, encontramos gran cantidad, sin embargo sólo se hará referencia a las más relevantes y constatables. En principio, el asunto concerniente a las fallas que puedan tener los Dioses, pues Yahvé (cristianismo) es un Dios que no se equivocó durante el proceso de la creación y que no se arrepiente de nada de lo creado, en tanto que las otras dos culturas poseen dioses erráticos y que siempre están intentando enmendar sus errores, en fin poseen demasiadas características del ser humano, en el caso maya la creación y destrucción hasta llegar a una supuesta perfección lo que da sentido de evolución y en la griega por el error de Epimeteo.
El último contenido al que se hará referencia es a la manera d abordar cada uno de las explicaciones creacionistas, las tres religiones, al menos en un estudio tan somero y reducido como el presente, no pueden analizarse desde un mismo punto de vista: en el caso de la griega necesitamos explicaciones que sólo podría darnos el ramo de la ciencia y la técnica; si se quiere estudiar la estructura del mito maya entonces hay que verlo desde un punto de vista evolucionista; y en tanto si la problemática se plantea es según la Biblia, entonces irremediablemente hay que acudir a la iconografía. En fin, la idea no es tener una visión cerrada, sino que estas son las maneras más sencillas por las cuales se puede abordar un análisis de cada uno de los relatos expuestos.

FUENTES CONSULTADAS

DE LA GARZA, M., LEÓN PORTILLA, M. y RECINOS, A. La literatura maya. Caracas: Fundación Ayacucho. Pp. 457.
La Santa Biblia. (1988). Buenos Aires: Ediciones Paulinas. Pp. 879.
PLATÓN. (2008) Protágoras (Traducción de Benjamín Jowett). U.S.A: Forgotten Books. Pp. 80
SAENZ, Carmelo (Traductor) (1989). El Popol Vuh. Michigan: Universidad de Michigan. Pp. 189.
VERGÉS, Salvador (1975) El Hombre creado en Cristo: trinidad y creación. Salamanca: Ediciones Secretariado Trinitario. Pp. 212.

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